La estrategia de los negocios de inmigrantes en España: dos mexicanos (2a parte)
He recibido varios comentarios de la serie de artículos que estoy escribiendo sobre las estrategias de los negocios de inmigrantes en España, primero de los chinos y, la semana pasada, de los mexicanos (bueno, en realidad de un mexicano en concreto).
Esta semana voy a seguir con una estrategia que tomaron sendos empresarios restauranteros mexicanos en el último año y que les ha funcionado.
¿Abrir un restaurante con las restricciones de la pandemia?
Ernesto y Diego son empresarios mexicanos de la restauración. El primero es uno de los pioneros y el segundo tiene un historial más corto, pero bastante relevante.
Cuando la pandemia del COVID-19 y las restricciones posteriores impactaron, para algunos sectores esto fue una auténtica trituradora. Sé de varios casos de restaurantes mexicanos en España que cerraron y muchos han tenido que sobrevivir mediante ERTES y préstamos.
Por desgracia, otros han buscado dinero entre la comunidad mexicana con un negocio difícilmente viable o en unas condiciones inasumibles para posibles inversores capitalistas.
Tanto Ernesto como Diego echaron mano de los instrumentos que el gobierno español puso a su disposición. La diferencia con respecto a otros restauranteros mexicanos fue el certero análisis y una rápida implantación de una nueva estrategia que, todo parece indicar, les ha ayudado a mantener su proyecto empresarial.
¿Cerrar unos restaurantes para abrir otros?
Para quienes tenemos un negocio uno de los puntos más difíciles es tener que aceptar que una operación no funciona y que hay que cerrarla. Seguramente se invirtió mucho dinero, mucho tiempo y mucha energía, y aceptar que lo mejor es cerrar es como recibir un puñetazo en la cara. (Personalmente he tenido que tomar esta decisión y puedo asegurar que fue algo muy difícil y dolorosoa, aunque al final resultó ser lo más aconsejable, porque pude haberme arruinado de por vida.
Ernesto no solo tuvo que tomar la decisión de cerrar uno, sino dos restaurantes, y mantener en suspenso un tercer establecimiento, que era su principal fuente de ingresos. La presión que tuvo que asumir lo hizo flaquear más de una vez.
Por su parte, Diego tuvo que enfrentar la situación con una trayectoria menos consolidada, aunque con los deberes hechos, porque había hecho un profundo estudio de mercado antes de desembarcar en España para lanzar su emprendimiento culinario.
Ernesto dejó de echar “dinero bueno al malo” y cerró un par de establecimientos. Su sentimiento era de enojo, frustración e indefensión. Sin embargo, realizó un análisis de la situación y decidió dar un intrépido paso que pudo haberle salido mal.
Diego se fijaría en el movimiento empresarial de Ernesto para hacer algo parecido posteriormente.
Aceptar la realidad para ajustarse rápidamente
El restaurante mexicano de Ernesto es uno de los clásicos en Madrid que se ha ganado un prestigio bien merecido con el tiempo. Si bien, este restaurante sigue abierto, la idea de Ernesto era adaptarse a la nueva situación impuesta por la pandemia: “El centro está muerto”, dijo, y optó por una alternativa que quizás no había tenido en consideración anteriormente: abrir un restaurante a las afueras de Madrid.
Tirando de ahorros (y de gran valentía), Ernesto abrió una sucursal de su primer restaurante en una localidad de alto poder adquisitivo situado fuera del centro de Madrid. Ante los cierres perimetrales, la gente comenzó a descubrir su entorno más cercano y a demandar alternativas de ocio y alimentación próximas a su domicilio. Ernesto aprovecho una marca consolidada y su dilatada experiencia para capitalizar esta demanda contenida.
Por su parte, Diego valoró el movimiento de Ernesto y decidió abrir una segunda sucursal de su establecimiento en otra localidad de alto poder adquisitivo de Madrid. Antes había abierto otro restaurante de su marca en una comunidad autónoma del norte de España.
Aprovechando la disponibilidad de locales cerrados por la pandemia, Diego encontró una espacio idóneo en una zona de restauración que se convirtió en un punto neurálgico para la población de la localidad.
Contra viento y Filomena
Diego contó que tuvo que hacer frente a todas las dificultades de abrir un nuevo negocio en medio de las circunstancias y, encima, tuvo que asumir él mismo junto a su esposa la atención de un grupo de comensales que había hecho una gran reserva justo la noche en que cayó la tormenta de nieve conocida como “Filomena”.
Ambos establecimientos siguen abiertos y parece que se han consolidado. Como las restricciones para combatir la pandemia continúan (y parece que se mantendrán durante varios meses más), parece que la estrategia ha funcionado.
La estrategia empresarial de Ernesto y Diego
Sin turismo nacional ni extranjero que antes llenaba el centro de Madrid, con las restricciones perimetrales y de aforo, con el miedo de la gente a salir de sus casas, las opciones se cerraron para muchos empresarios de la hostelería en la ciudad, en toda España y en muchos otros países del mundo, pero no para los recursivos emprendedores mexicanos, quienes optaron por la siguiente estrategia:
“Atender a la población de alto poder adquisitivo que antes iba al centro de Madrid para comer o cenar en sus restaurantes favoritos, pero que, por las restricciones de movimiento, buscaban alternativas de restauración de calidad en sus propias localidades”.
Como siempre, parece que esta estrategia es bastante obvia, pero no lo fue tanto para los casi 100.000 restaurantes que han tenido que cerrar en España durante 2020 y 2021.
Otra ventaja de abrir en una localidad de alto poder adquisitivo es que el ticket medio de los comensales es más alto, lo que, sin duda alguna, ha ayudado a enjugar parte de los gastos y préstamos derivados de la situación causada por el COVID-19.
No se puede saber lo que pasará cuando se levanten las restricciones y la gente y los turistas vuelvan a ocupar el centro de Madrid. Mientras eso ocurre, Ernesto y Diego habrán probado una estrategia diferente que les ha permitido dar viabilidad a sus respectivos proyectos empresariales.
¿Es esta estrategia repicable?
Las grandes ciudades de España, de Europa y de otros países del mundo están viviendo algo parecido. Alrededor del centro de las capitales hay una demanda “encapsulada” que está siendo liberada poco a poco por los vecinos quienes están gastando en su comercio y en su oferta culinaria más próxima.
No todo puede ser comprar por Amazon o pedir comida a domicilio. La gente sigue necesitando socializar, celebrar, tratar de pasarlo bien a pesar de las limitaciones y de las circunstancias.
La próxima semana continuaré analizando la estrategia de los negocios de inmigrantes en España.
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